Representando un déficit de casi 10 mil millones de euros por año, el fraude en la caja registradora es un problema que cae sobre Hacienda años tras año año.
Fraude en la caja registradora: ¿Cómo funciona?
Para llevar a cabo un fraude en una caja registradora, los proveedores ofrecen un software ilegal que permite borrar las ventas pagadas en efectivo después de que se graben. A este software, que toma la forma de un USB o un CD, se le llama camuflador de ventas o Zappers. Dependiendo del software elegido, el comerciante tiene la opción de eliminar el pedido de un cliente o de grabación de horario restringido, por ejemplo, equivalente a 3 o 4 cafés.
En total, alrededor del 30% de los ingresos en efectivo de pequeños comerciantes se ocultan al Estado. El fraude en la caja registradora concierne a todos los pequeños comerciantes desde el hotelero al panadero pasando por el gestor de cafetería.
¿Porqué defraudan los comerciantes?
Al realizar el fraude en la caja registradora, los comerciantes evitan una parte del pago del IVA y del impuesto sobre la renta. A menudo es con el dinero del fraude que los comerciantes pagan a sus empleados que trabajan en negro. El propietario es entonces exento del pago de las cargas sociales, y el trabajador no paga impuestos sobre la renta.
A diferencia de un sistema en el que simplemente no se registra la venta, el fraude en la caja registradora también resulta ventajoso para los empleados pagados en un porcentaje de las ventas. De este modo, reciben su salario calculado sobre la base de las transacciones reales, mientras que la suma de las operaciones declaradas finalmente es menor.
