Desfibriladores para empresas: la guía

Los accidentes cardiovasculares son la principal causa de muerte en España y pueden afectar a cualquier persona, en cualquier momento y, a cualquier edad. Los estudios han demostrado que este tipo de accidentes se producen muchas veces en el lugar de trabajo de la víctima, ya que el estrés y el esfuerzo físico es mucho más intenso que en otros lugares. Desde hace varios años, muchos líderes de negocios han decidido instalar en sus empresas desfibriladores capaces de proporcionar los primeros auxilios necesarios en situaciones críticas.

¿Qué es un desfibrilador?

Un desfibrilador es un dispositivo portátil, que funciona con una batería y cuya función es analizar y corregir la actividad eléctrica del corazón de una persona en paro cardíaco.

Cuando el corazón de la víctima deja de realizar su función de bomba y realiza su movimiento natural de una manera descontrolada, se denomina fibrilación ventricular. Esto provoca un exceso de oxígeno en el cuerpo humano, causando daños físicos y mentales de manera irreversible, e incluso la muerte.

Para evitar esta situación, es necesario actuar con mucha rapidez. De hecho, un desfibrilador utilizado en los primeros minutos después del accidente aumenta en gran medida las posibilidades de supervivencia de la víctima. Con un choque eléctrico, el desfibrilador restaura la actividad normal del corazón y permite la recuperación de la oxigenación del cerebro.

¿Cómo funciona?

Un desfibrilador comprende:

  • Un estuche de transporte.
  • Un par de tijeras.
  • Una maquinilla de afeitar desechable, compresas y, a veces, una máscara de insuflación.
  • Una célula específica o batería que permite que la unidad opere de forma autónoma sin necesidad de una fuente de energía.
  • Electrodos de diferentes tamaños, pediátricos y adultos: colocados en el pecho de la víctima, tienen la función de analizar su estado cardíaco. Son desechables.
  • La denominada “caja de desfibrilación”, es la parte que recibe la pila o batería y guía a la persona que lo usa a través de mensajes de voz.

En caso de accidente cardiovascular, se debe estirar a la víctima en el suelo y poner el equipo de desfibrilación cerca, para un fácil y rápido acceso. A continuación, se deben coger las tijeras y cortar la ropa de manera que el torso esté completamente desnudo. Si la víctima es un hombre con mucho pelo, hay que afeitarlo donde tendrá los electrodos. Idealmente, el primer electrodo debe ser colocado encima de la clavícula derecha y los segundos de 5 a 10 cm por debajo de la axila izquierda. Para más detalles, se deben seguir las direcciones del esquema suministrado con el desfibrilador. Posteriormente, enciende la máquina y siga las instrucciones de voz.

 

Diferentes tipos de desfibriladores

Hay dos tipos de desfibriladores:

 

 

Con este tipo de dispositivo, la persona que lo utilice debe presionar botón para administrar la descarga cuando oiga la orden mediante la asistencia de voz. Por lo tanto, debe asegurarse de que nadie está en contacto con la víctima en ese momento, ya que haría que la acción fuese ineficaz.

 

 

  • El desfibrilador totalmente automático (DEA)

 

Este es el dispositivo más utilizado, especialmente en los negocios. Este dispositivo emite automáticamente una descarga eléctrica en el momento apropiado. Por lo tanto, la acción se simplifica.

Ya sea un DESA o un DEA, el dispositivo dará una descarga eléctrica a la víctima en caso que sea necesario. Si la descarga no se realiza, significa que es necesario pasar a realizar la reanimación.

 

¿Por qué instalar un desfibrilador en tu empresa?

La instalación de un desfibrilador en su empresa puede:

  • Permite la actuación rápida en caso de accidente cardiovascular.
  • Aumenta la sensación de seguridad dentro de tu empresa.
  • Mejora la imagen de tu empresa en cuanto a la atención a la salud y el bienestar de tus empleados y colaboradores.

 

Desfibriladores: ¿Qué dice la ley?

Desde 1994, los desfibriladores están libremente disponibles en el mercado.

En España, cada comunidad autónoma tiene su propia legislación por lo que hace a desfibriladores. No obstante, cada vez son más comunes en espacios públicos.

 

¿Cuánto cuestan?

La compra de un desfibrilador supone una inversión considerable. Sin embargo, debes tener en cuenta que una vez adquirido el producto, solo los electrodos (y posiblemente algunas baterías dependiendo del dispositivo) deberán ser reemplazados si se utilizan.

Un buen desfibrilador cuesta alrededor de 1.000/1.500 €. A este precio, se le debe añadir la formación, el mantenimiento de la unidad y la unidad de pared (caja) que lo protegerá.

Sin embargo, hay una alternativa a la compra: el alquiler, que tiene diversas ventajas:

  • El precio: alquilar un desfibrilador es más barato que comprarlo. Además, es una buena opción sabiendo que estos dispositivos tienen una vida limitada.
  • El riesgo de robo: si compras un desfibrilador, deberás contratar un seguro para cubrir el riesgo de robo, mientras que en el alquiler, todo está cubierto en el contrato.
  • El riesgo de rotura: con el alquiler viene incluído el contrato de suministro/mantenimiento que permite la sustitución de las piezas defectuosas.
  • Cumplimiento de las normas: el contrato de arrendamiento establece la adaptación del equipo en caso de un cambio en las normas.
  • Consumibles: su funcionamiento asegura la plena eficacia del desfibrilador. Con el alquiler se incluye la sustitución de la batería descargada o los electrodos anticuados, utilizados o dañados.

 

¿Qué es un desfibrilador?