A partir del 2012, la Comisión Europea (CE) revisará el etiquetaje de los alimentos beneficiosos para la salud para que ofrezcan información más completa y precisa sobre los diferentes efectos de cada uno sobre la salud, siempre y cuando cuenten con pruebas científicas y los consumidores puedan comprender la información fácilmente.
En ese sentido, antes de fin de año la Unión Europea limitará las menciones sobre salud que podrán incluirse en dichos envases con el objetivo de despejar la confusión y ayudar a los consumidores a escoger alimentos más saludables, incentivando a las empresas alimentarias a que mejoren las cualidades nutritivas de sus productos.
En Bruselas actualmente se autoriza la mención de los efectos sobre la salud en el etiquetado de los envases de los productos, supervisada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el organismo encargado de analizar la evidencia científica en cada caso.
La información nutricional de las etiquetas en los envases de los alimentos tiene una importante función social ya que contribuye a la educación alimentaria nutricional y sirve al consumidor como una alternativa de protección ante cualquier inconveniente que surja antes, durante o después de consumirlos.
Es fundamental que los consumidores lean las etiquetas de los envases para favorecer la selección de productos más sanos en la lista de la compra. A veces el comprador piensa que ciertos alimentos son saludables, pero al leer las etiquetas le puede sorprender el contenido y puede descubrir que su composición no es la más sana. Esto es justamente lo que se intenta evitar mediante la revisión en el marcado de las etiquetas.
En el etiquetaje alimenticio se tienen en cuenta ocho componentes: el tamaño de la porción, las calorías, el total de grasas, el colesterol y sodio, el total de carbohidratos, las proteínas, los ingredientes y las grasas reducidas.
