¿Qué es un seguro ad valorem?

El seguro "ad valorem” (basado en el valor) no es obligatorio para un transportista, pero sí ayuda a garantizar las incertidumbres financieras asociadas al transporte. Esta solución tiene la ventaja de cubrir el valor real declarado de un bien en caso de pérdida o accidente.

 

El transportista tiene la opción de comprar su propia póliza directamente a una compañía de seguros. Este seguro es contratado directamente por el remitente o a través del transportista.

¿Cuándo contratar un seguro “ad valorem”?

 En caso de pérdida o daño de las mercancías, la responsabilidad del transportista está limitada por convenios internacionales. En consecuencia, el remitente será parcialmente compensado aunque se demuestre que la empresa de transporte ha incurrido en un error.

 

En este caso, solo se pagará una indemnización global. Por lo general, esta cifra es inferior al valor real de las mercancías, especialmente en los casos de alto valor añadido.

 

Además, si el daño es causado por un suceso de "fuerza mayor", es decir, imprevisibles, inevitables y externos, el transportista queda exento de toda responsabilidad. No recibirás ninguna compensación.

 

Del mismo modo, en determinadas circunstancias podrá exigirse al transportista que sacrifique parte de sus mercancías. Éste es el caso, por ejemplo, en el mar, donde el capitán del buque incurre en gastos de salvamento en caso de naufragio. Estamos hablando de daños comunes. Todos los propietarios de mercancías a bordo deben contribuir a estos costes en proporción a los valores guardados.

 

Además, en caso de catástrofe para un transporte multimodal, es muy difícil encontrar a una persona específica responsable.

 

La cobertura del seguro “ad valorem”

 El seguro “ad valorem” puede cubrir la mercancía transportada sin interrupción desde la fábrica hasta la entrega final. Esto sigue siendo válido independientemente del modo de transporte elegido: marítimo, aéreo, terrestre o fluvial.

 

Cuando las mercancías son declaradas y aseguradas “ad valorem”, el remitente es directamente indemnizado por los daños y perjuicios sufridos. La base de reembolso se basa en el valor contractual de las mercancías.

 

No obstante, la tasa de margen se limita al 20% del valor real.  En la mayoría de los casos, la compañía de seguros reembolsará las pérdidas incurridas de acuerdo con la cantidad inicialmente declarada y luego, si es aplicable, se volverá contra el transportista.                          

 

Además, se excluyen los derechos de garantía por negligencia o culpa del remitente. Y, en caso de pérdida o daño a la integridad del envío, el reembolso se hace en la presentación de una factura de compra o reemplazo.

 

En todos los casos, independientemente de que no haya entrega, pérdida o daño, el remitente dispone de un plazo predefinido para informar al transportista.

Seguro del transportista Los Incoterms