La RFID (identificación por radiofrecuencia), o radio-identificación, es una tecnología que permite almacenar y recuperar datos de forma remota en los llamados chips o etiquetas RFID. Ampliamente utilizada en el sector de la seguridad, la tecnología RFID tiene muchas aplicaciones.
h2>Tecnología RFID: ¿cómo funciona?
La tecnología RFID se basa en la transferencia de energía por electromagnetismo. Para ponerlo en práctica, es necesario tener marcadores (etiquetas, etiquetas o chips RFID, también llamados transpondedores) y un lector de RFID.
- El lector RFID emite señales de radiofrecuencia activando los chips RFID que pasan cerca. Para ello, envía a corta distancia la energía necesaria. Se utilizan varias frecuencias, en función del rendimiento y el tipo de aplicación deseados. Las frecuencias (en Hz) más elevadas, intercambian más información a una velocidad mayor, mientras que las frecuencias bajas tienen la ventaja de penetrar mejor en el material.
- Las etiquetas RFID son llamados pasivas, ya que sólo utilizan la energía proporcionada por el lector. En la actualidad, algunas etiquetas RFID pueden leerse a una distancia de hasta 200 metros. Las etiquetas se componen de una antena, un chip y una encapsulación (o sustrato). Baratas, muy discretas, pueden ser desechables o reutilizables. Los chips RFID pueden contener varios tipos de información: identificación, base de datos …
¿Sabías qué?
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¿Qué aplicaciones tiene la RFID?
La RFID es una tecnología generalizada en todo el mundo. Uno de los usos más evidentes es en el mundo de la logística y ventas: los productos equipados con un chip RFID se pueden rastrear desde el almacén a la tienda (seguimiento de la línea de montaje industrial, inventarios...). Una vez que el producto está en el estante, el chip RFID se convierte tanto en un un sistema antirrobo, como en un sistema de identificación. La RFID también se utiliza ampliamente en las bibliotecas por la trazabilidad y para la protección de los libros.
Pero estos no son los únicos usos que se hacen de la tecnología RFID. Entre los más conocidos se encuentran:
- El control de acceso.
- Las tarjetas de pago sin contacto.
- Los pasaportes.
- Los chips de debajo de la piel de animales domésticos.
- El acceso al transporte público .
- La autopista de peaje electrónico y la gestión de aparcamiento de bicicletas públicas.
Otros usos son más innovadores, como en el caso de una aplicación en el cuerpo humano (salud pública, las comunicaciones electrónicas...), lo cual genera debates en torno a la cuestión de la ética y la integridad física.
