Con más de 30.000 muertes cada año en España, el paro cardíaco produce diez veces más muertes que los accidentes de tráfico. Sin embargo, muchos de ellos son evitables. Hace falta saber cómo. Una de las acciones que pueden salvar una vida es el uso de un desfibrilador.
¿Qué es la formación de desfibrilación?
Cuando una persona sufre un paro cardíaco, los primeros minutos son cruciales para prevenir la muerte o daños irreversibles. A cada minuto que pasa, se pierden el 10% de posibilidades de supervivencia. Después de diez minutos, la tasa de supervivencia es muy pequeña. Por esta razón, es esencial saber cómo usar un desfibrilador.
Debido a que la adquisición de estos aparatos se ha convertido en una cuestión de salud pública, el gobierno ha autorizado varias organizaciones para proporcionar una formación en primeros auxilios o la formación de iniciación ofrecida por organizaciones especializadas.
Estas soluciones tienen diferentes módulos de formación, dedde formaciones básicas de desfibriladores comunes, a otras más desarrolladas. Las formaciones duran normalmente entre media hora y una hora y se ofrecen para grupos pequeños que comprenden generalmente de 6 a 12 personas.
¿Qué se nos enseña durante un formación?
Como su nombre indica, la formación de desfibrilador te permite aprender el uso de este dispositivo, pero no solo eso. Estos cursos están diseñados para enseñar qué hacer en el caso de un paro cardíaco, desde el diagnóstico hasta que llegue ayuda.
Es importante saber cómo usar un desfibrilador. Es importante reconocer la presencia de un paro cardíaco, cómo ayudar en su gestión o ser capaz de practicar la RCP.
Marco legal
El Real Decreto 365/2009, del 20 de marzo, establece las condiciones y requisitos mínimos de seguridad y calidad en la utilización de desfibriladores automáticos y semiautomáticos externos fuera del ámbito hospitalario.
Como la Sanidad es competencia de las Comunidades Autónomas, cada una de ellas tiene una normativa diferente en cuanto a su uso e instalación. Solo 4 Comunidades Autónomas tienen una normativa propia: Andalucía, Cataluña, Canarias y País Vasco son las cuatro Comunidades Autónomas que han desarrollado una normativa propia a favor de la cardioprotección mediante una ley que establece la obligatoriedad de instalar estos equipos en espacios públicos.
